El gran problema durante mi estancia fue que algunos huéspedes organizaron fiesta en la alberca, con un consumo de alcohol significativo. El tiempo límite señalado en su reglamento para el uso de alberca es 10 PM, pero la fiesta se extendió muchísimo más. Al pedir apoyo de la recepción, me indicaron que no podían hacer absolutamente nada "porque son huéspedes". Mencioné como opción, eventualmente, llamar a seguridad, pero con molestia me dijeron que esto no era posible. O sea, básicamente, no podían hacer nada. La situación escaló al punto de tener a un hombre azotando contra mi puerta y luego tumbado allí, por el consumo de alcohol, pero aparentemente en este hotel no pueden hacer nada frente a esos eventos.